Estamos transitando el Año Santo Jubileo de la Misericordia promulgado por el Papa Francisco, este año es un año especial de gracias en donde Jesús concede la Indulgencia Plenaria a todos los que visiten la Puerta Santa de cualquier Catedral o Santuario Mariano del Mundo.
Para ganar estas Indulgencias se debe estar confesado, participar de la Santa Misa y recibir la Eucaristía, Rezar un Credo por las intenciones y necesidades del Santo Padre Francisco, con estos sencillos pasos se gana la Indulgencia Plenaria para uno o para un Alma del Purgatorio.
Que es la Indulgencia? la Indulgencia Plenaria es la remisión total de los pecados, es decir cuando nos confesamos se borra el pecado en si, pero queda la intención de haberlo cometido, esto nos deja penas temporales que pagamos en el Purgatorio, la Indulgencia Plenaria borra totalmente las penas y quedamos como cuando somos recién Bautizados, limpios totalmente.
Cuando me confieso no se borra todo?, cuando uno se confiesa se borra el pecado cometido, por medio del pecado pierdo la Gracia Divina, al confesarme recupero la Gracia pero la acción de pecar trae consecuencias, para entender mejor pondré un ejemplo: si hablo mal de alguien y luego me confieso, soy perdonado por haber hablado mal de alguien, pero a menos que con quienes haya hablado mal de esa persona vaya y aclare de que yo fui un calumniador, el mal producido por mi pecado de calumniador no desaparece de la otra persona, eso me causa penas temporales que sin duda pagaré en el Purgatorio, la Indulgencia Plenaria borra esas penas temporales.
Por ello es tan importante ganar indulgencias quizás muchos males que hemos hechos no tengan remedio ya porque el o las personas a las que pude haber dañado ya no estén vivas o estén lejanas y no pueda remediar estas situaciones, la Indulgencia me ayuda a liberarme de estas cargas.
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